sábado, 30 de enero de 2016

Etrian Odyssey


 Sé que, una vez leídas las dos entradas anteriores, todo parecerá demasiado corriente y genérico para el lector acostumbrado a sorprenderse con piezas que parecen extraídas del más extraño congreso de arte moderno, pero sin la capacidad de volver al día a día común, lo extraño pasaría a ser lo corriente y no nos sorprenderíamos tanto al leer según qué barbaridades jugables.

Pasamos pues, a una de aquellas normalidades también muy características de este blog, esta vez para la siempre encantadora Nintendo DS, y en especial, a un título al que me vi obligado a dar una oportunidad después de acabar (y disfrutar) mi viaje por Strange Journey.

Cuando la gente describe Strange Journey, no es extraño leer u oir comentarios como "Es un Etrian Odyssey pero con demonios." o "Es un SMT al estilo Etrian.", esperando que todos conozcamos dicho título de referencia y de alguna manera, esperando que felizmente relacionemos ambos estilos de juego y nos quede de una manera muy clara tanto su jugabilidad como su diseño.

Este curioso sistema de juego, que entraría dentro del género dungeon crawler, se caracteriza por mantener una constante doble pantalla, con la superior dedicada al propio juego, que en la mayoría de casos contendría un RPG al uso, y la inferior únicamente sirviendo como apoyo, en este caso utilizada como mapa, una importante herramienta que acabará caracterizando esta saga y que más tarde encontraremos en otros juegos.

Una de las grandes diferencias entre Strange Journey y Etrian Odysey es precisamente el tema del mapa, porque mientras que en el primero aparecía en la pantalla inferior de nuestra DS y se iba completando a medida que el personaje avanzaba por cada rincón, en Etrian además de utilizar la pantalla inferior, también será necesario el puntero, que será muy útil para que el propio jugador se convierta en cartógrafo profesional y dibuje por sí mismo cada uno de los detalles que formen el mapa que él mismo utilizará.

Dibujar incorrectamente un mapa no tendrá mayor penalización que confundirnos en un futuro y posiblemente arreglar el desperfecto en el mismo momento. Al tratarse de un juego por turnos y de encuentros aleatorios que aparecen justo al movernos, el jugador tendrá todo el tiempo del mundo para dibujar el preciado mapa y llegará a ser muy difícil cometer una equivocación.


En cuanto a la historia, a primera vista se aprecia que está construida en torno al diseño de niveles y su jugabilidad, ya que nos presenta una historia de un reino enormemente famoso por contener bajo sus tierras un misterioso laberinto que sirve como reclamo turístico para todo tipo de aventureros, ansiosos por llegar hasta el final y descubrir el gran enigma que oculta. Grandes tesoros, fama y gloria hallará el aventurero que consiga atravesar sus peligros, y no será otro que el propio jugador el encargado de descubrir de una vez por todas la terrible verdad que se oculta bajo sus pasillos.

Desde un buen principio, nuestro objetivo será claro: Llegar hasta el final. El laberinto, de unas 25 o 30 plantas, dependiendo de si realmente queremos desafiar al mismísimo destino, acabará convirtiéndose en el enemigo principal del juego, apareciendo paso a paso en la pantalla inferior del juego, a medida que el jugador dibuja poco a poco el rostro del mismísimo demonio.

Los combates resultan muy clásicos, pero a la vez, muy personales, ya que será posible elegir cinco grandes y anónimos guerreros de entre una gran selección, y que batallarán sin descanso en nuestras filas, cada uno con una profesión clásica y típica de otros juegos de rol. Paladín, guerrero, mago, arquero o curandero serán algunas de las muchas clases que tendremos disponibles para escoger, pudiendo así crear nuestro más mortífero equipo con el que abrirnos paso a través del gran laberinto. Aparte de la clase, también podremos escoger su sexo (que en resumidas cuentas lo único que cambiará será el retrato del personaje) y cada una de las habilidades que utilizará dicho personaje, tanto activas como pasivas.

Uno de los aspectos más característicos de la saga son los famosos FOE, unos enemigos increíblemente poderosos que nos harán sudar como nunca y que, en la gran mayoría de casos, necesitaremos evitar a toda costa, huyendo a la mínima oportunidad. Sin embargo, estos crueles y despiadados enemigos sufren de una debilidad que a su vez será su mayor fortaleza, y es que, hagamos lo que hagamos, siempre se mantendrán en la misma zona, dejando completamente de lado el factor suerte.

Y este solo es el mapa de la tercera planta...

A lo largo de todo el laberinto, siempre habrá una posibilidad de encontrarnos con un enemigo, en especial cuando la esfera situada en la pantalla superior se vuelva roja, pero en el caso de los FOEs, nunca nos encontraremos ninguno que no nos haya "cazado" antes. La única ventaja del jugador será localizarlos en el mapa, observar su ruta y huir de ellos, ya que al entrar en su área de visión no dudarán en perseguirnos.

Este novedoso factor en el género consigue cambiar totalmente el esquema del juego, convirtiendo un juego de rol clásico en un entretenidísimo juego de puzles que fácilmente se podrá jugar desde la pantalla inferior, desde el mapa. Huir de un enemigo sorteándolo por un gran laberinto parece algo muy sencillo, pero tanto las condiciones del enemigo (velocidad, visión, etc.) como las del propio laberinto (diseño, transporte o movimiento) cambiarán constantemente la manera de ver en juego, obligando al jugador a pensar un poco más en la manera de atravesar cada planta.

No os voy a engañar, se trata de un juego difícil, y en este tema sí que coincide mucho con el ya comentado Strange Journey. En un principio, la dificultad es alta, llegando a ser odiosa en algunos puntos, y a medida que el jugador avanza y comprende el estilo de juego, va decreciendo hasta las últimas etapas de la aventura. El final no es tan difícil como ocurría con Strange Journey, pero una vez acabado el juego, se nos da la posibilidad de seguir jugando y entrar más aun en el misterio, desbloqueando 5 pisos extra que explorar.

El verdadero rostro de la muerte.

Y si alguien se ha quejado alguna vez de la dificultad de esta saga, es debido inequívocamente al mencionado post-game, ya que la diferencia es tan grande que suele dejar desquiciados a la gran mayoría de aventureros que no se contentan con el final corriente, entre los que me incluyo. Cada uno de los cinco pisos supone un desafío, y confieso que en uno de ellos me vi obligado a usar una guía debido a su complejidad, ya que no me apetecía pasarme varios días en el mismo punto, atascado en aquel infierno abrasador.

El jefe final definitivo, morador de la última planta, también es digno de mención, ya que de no tener un determinado equipo con determinadas habilidades, llega a ser un oponente completamente imposible de vencer, obligando una vez más al jugador a coger una guía y caer humillado ante el poder de semejante enemigo, algo que se repite en posteriores entregas.

Un vez dicho esto, las posibilidades del juego no se acaban: Si el nivel máximo es 70, existe una opción para devolver nuestros personajes a nivel 1 de nuevo, para así volver a entrenarlos y no llegar al nivel 70, sino al 71, pudiendo repetir esta estrategia cuantas veces lo deseemos hasta llegar al nivel 100. Por lo tanto, tenemos juego para muchas, muchas horas.

Como ocurre con todas las sagas famosas, siempre parten de una idea, o de un primer juego que establece las bases para el desarrollo de los siguientes, evolucionándolo de grandes y variadas maneras. Etrian Odyssey no es un caso especial, y el primer juego de la saga acaba siendo una maravillosa opción para empezar a disfrutar de este género tan curioso y paso a paso, juego a juego, contemplar cómo han ido evolucionando a través de los años.

Y en especial, para aquellos jugadores reticentes a coger una DS, hago una mención especial a su remake para 3DS, Etrian Odyssey: Untold, que aunque aún no le haya dado una oportunidad (Etrian Odyssey 3 no se jugará solo), parece tan bueno o incluso mejor que el original, manteniendo la historia y su jugabilidad pero añadiendo además muchos aspectos de los últimos juegos.

Aunque solo haya jugado a la primera y segunda entrega, he disfrutado como nunca de esta saga, y la recomiendo fervientemente tanto si os gustaron entregas como Strange Journey o Persona Q, y a la inversa si habéis experimentado en carne propia el terror de los Etrian, pues son remakes de una misma idea que con el paso de los años no hace más que mejorar, añadiendo tanto más posibilidades a su jugabilidad como nuevas formas de aterrorizar a sus jugadores con su ya de por si elevada dificultad.

2 comentarios:

  1. Yo tan sólo jugué al primer Etrian Odyssey, y sin duda seguiré la saga. Eso sí, hubiera preferido un rollo distinto con eso de dibujar el mapa. Al principio me resultó fabuloso y lo recuerdo como algo genial, pero también recuerdo que acabé un poco cansado de hacerlo y que me faltaban "maneras" de dejarme mensajes a mí mismo en los propios mapas. No sé si me explico con claridad xD.

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    1. Ese tipo de cosas también me pasaron en el primer Etrian, pero que dejaron de ocurrir en la segunda entrega. Sin duda son errores que más tarde verás que se corrigen. Según he leido, la tercera entrega es de las mejores de la saga, ¡así que a darle fuerte a la segunda para llegar hasta ella!

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