lunes, 7 de enero de 2013

Journey of Saga - Parte Final


¿Queréis saber dónde acaba todo esto?

Acaba en un establecimiento de comida rápida verde lima, llamado Let’s Yoghurt. Aquel sitio, era un sitio de mierda para acabar con todo aquello. Situémonos: estás sentado en un taburete, mientras te da en la cara una luz tan fuerte como la de un interrogatorio, empiezas a oler a azúcar y has quedado con tu segunda novia favorita. Está entretenida con su móvil, y tú te preguntas qué habrá debajo de su ropa.

Ahora miradme, tirado en un rincón, solo, metiendo un poco de vodka en uno de los pocos yogurts que podía permitirme. Durante los últimos días había parecido un boticario triste, mezclado con un enfermo de lengua correosa y peste dental, en busca de cura. El yogurt es la comida para aquellos que han abandonado todo, ¿verdad? Y yo sólo había renunciado a esta aventura.

Me quedé mirando la piscina de vodka que inundaba el yogurt, creando una pequeña isla. La oculté con la cuchara. Pensaba en mi padre.

Journey of Saga - Sexta Parte


Rompiendo el silencio y atravesando la oscuridad, pasaba la noche en una carretera vacía. No podía dormir, pero no porque fuera una mala noche, una de esas que no te sonríen y te traen desgracias de todo tipo, sino porque no pretendía pasármela tirado.

La moto situada entre mis muslos palpitaba como un luchador de lucha libre metálico pegado al asfalto. Era tarde, y seguiría conduciendo hasta que el miedo a encontrarme con un pedrusco en la carretera (o una goma elástica o un chicle) que me hiciese caer entumeciese mis sentidos. En vez de eso desarrollé otro miedo, la creencia que el golpe ya había sucedido y que lo único que me mantenía pegado a la motocicleta eran mis manos, que dirigidas automáticamente, seguían pegadas al manillar.

Journey of Saga - Quinta Parte


Cuando le tocó el turno al tercer Maestro, ya estaba un poco más preparado.

Sintiéndome seguro y con suerte bajo un cielo azul-Sega, caminaba por una playa rocosa hacia un pequeño embarcadero de madera, que sobresalía en el lago como dedos quemados por el Sol. Atados había una piara de pequeñas embarcaciones, todas empujando y golpeándose juntas en el agua. Aquella era Makka Minority Village. Un pueblo flotante, como vi después.

No me gusta mucho el agua, o al menos, no aquellos días. Me recordaban a aquel error de mi 22º cumpleaños, cuando mi amigo de Manchester llegó con los bolsillos de su chándal llenos de tranquilizantes de cocodrilo, o esteroides de caballo, o antidepresivos para gatos, y me di cuenta que aquello era demasiado para mí. Aún me veo a mí mismo- agarrándome al suelo para ser absorbido por la propia inexistencia.  Me sentía como el agua. Como el océano. Sin fin, sin profundidad, sin habla, sintiéndome más extraño que la propia ficción, verde, después azul, después negro, después transparente, latiendo débilmente al son de la luna. Os diré lo peor: Lo peor era sentir que el propio movimiento de tu corazón te produce mareos y náuseas.

Journey of Saga - Cuarta Parte


Estoy seguro que alguna vez habréis oído uno o ambos informes sobre la muerte de un asiático mientras hacía un maratón de gaming. En 2005, el señor Seungseob Lee, no consiguió sobrevivir a una especie de infarto cerebral después de jugar 50 horas seguidas de StarCraft. En 2007 tuvimos a Xu Yan, que después de varios días de grindeo en un MMO, murió al perder su cuerpo interés en seguir viviendo. Nunca olvidéis esto, lectores. Nunca olvidéis que vuestro cuerpo también necesita descansar.

El pensamiento de aquellos desafortunados me aterrorizó durante mi estancia en Da Ja Mountain Town. Aquí comer y beber no eran prioridades. Resultaría difícil que los lugareños lo admitiesen, pero Da Ja exporta droga como el Medio Este exporta petróleo. Las grandes colinas que rodean al pueblo contienen un sinfín de tierras llenas de modestas flores y arbustos, todos ellos llenos de productos “medicinales”.

Toda la extensión de esta agricultura secreta está oculta por nieblas que zambuyen por completo la cima de la montaña. Da Ja está 2,000 metros por encima del nivel del mar. El aire es más ligero, pero pegajoso y  nocivo debido al cultivo de droga. La gente llega aquí, desafiando las curvas, los socavones y las bromas sobre asesinatos en la calzada de la solitaria carretera. Consiguen llegar aquí arriba, se colocan, y… Se confunden.

Journey of Saga - Tercera Parte


Entre ruidos y saltos, parecidos a los de un caballo bajando escaleras, llegamos a una parada de buses fuera del Templo Holy Money. El calor del mediodía nos alcanzó al instante, dejando a un lado la agradable atmósfera del viaje. Abrí yo mismo la puerta de la máquina y le entregué al conductor una nota arrugada por valor de 70,000$.

Si estás viajando por bastantes países con diferentes tipos de cambio, no vale mucho la pena memorizarlos. Les das una o dos notas aleatorias y te vas como un cowboy después de un tiroteo. La mitad de las veces pensarán que eres un generoso amante de lo exótico, y otras veces una rata egoísta (o puede que una extraña raza moderna de mega-bastardo). Al final tu saldo bancario será el mismo y habrás ahorrado un montón de aritmética mental.

La marea de vendedores que vino hacia nosotros después de salir del vehículo hacía que no pudiésemos ver siquiera el templo. Inusualmente gruesa y viciosa para esta época del año, la multitud me echaba para atrás según me abofeteaban la cara con tallas de madera importadas y paquetes de postales. Recuerdo un húmedo y repentino ataque de pánico a medida que mis piernas chocaban contra la parte delantera del coche. Si me caía, todo estaría perdido, y un mes a partir de ahora intentaría deletrear “souvenirectomia” en el formulario de reclamación de seguro. Chico, odio rellenar papeleo. Seguía tratando de mantener el equilibrio cuando la gente cambió de dirección, empujando hacia adelante con aún más fuerza.

Journey of Saga - Segunda Parte


No era una trampa. Lo encontré, y también a aquel hombre, y me enseñó el Ciudadano Kane de los Videojuegos. ¿Pero sabéis qué? Aún no estoy seguro de que no fuera una broma.

Lo que sigue es el resumen de lo que ocurrió en esta estúpida misión, escrito hace dos semanas, cuando volvía a casa en uno de los barcos.

¿Estáis preparados? Yo no lo estaba. Oh, creía que lo estaba, pero no. Quizás vosotros sí.

Journey of Saga - Primera Parte


Justo después de acabar un evento, empezamos con otro, que será publicado hoy y durará todo el mes de enero. Os explico.

Hace mucho tiempo, cuando era muy joven, solía frecuentar un foro. Era poca gente, y yo me limitaba a leer, nunca a postear, y estaba lleno de cosas interesantísimas como esta que se perdieron cuando los años pasaron y sus regidores decidieron no seguir pagando el dominio. En ese foro, encontré a un hombre que más tarde, cuando aquel lugar se fue a pique, fundó un blog. En una de las entradas, tradujo una parte de un artículo interesantísimo de Rock, Paper, Shotgun donde se mencionaba a Hondo y que después de muchos años, sirvió para hacer la cuarta entrada de este blog. Así conocí a Quintin Smith.

El tiempo pasó, y mi amor por los juegos extraños creció y creció, hasta dar con el amor de mi vida, Pathologic, y buscando opiniones y debates sobre el juego, volví a dar con Quinns. Resultó que era un apasionado de las cosas extrañas y había disfrutado de una manera exuberante aquel juego, como yo. Realizó tres entradas (un, dos, tres) que recomiendo leer fervientemente si no se planea jugar en absoluto al juego. Él mismo comenta sus análisis como "opiniones de un juego que no vais a jugar".

Navegando por su antiguo blog, buscando cosas interesantes, encontré una curiosa historia que escribió hace tiempo, y empecé a leerla. Contaba las aventuras de él mismo, buscando el Ciudadano Kane de los Videojuegos, el mejor juego de la historia, al mismo tiempo que comentaba el panorama general y aspectos relacionados con la cultura del videojuego. Un año más tarde, le envié un mail preguntándole si podía traducir el texto entero para mi blog, dándole crédito, y amablemente me dio permiso.

Así que aquí lo tenéis. Obviamente, podéis leer la versión en inglés en su página web (uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, final) y aquí os paso un enlace a su blog actual. Son textos bastante largos, y en total ocupan 54 páginas de Word, por lo que no pondré nada más este mes. En cursiva pondré algún que otro apunte pero se podrán contar con los dedos. Espero que os guste tanto como me gustó a mí y que mi traducción amateur no os suponga demasiados problemas. Gracias a todos por leerlo, y como siempre se dice en estos casos, todo el mérito va para este hombre, que al fin y al cabo, es quien escribió el relato.