domingo, 4 de agosto de 2013

Eastern Mind - Especial Osamu Sato


Está claro que todos conocemos LSD: Dream Emulator y alguna que otra vez hemos jugado a él, bien por pura curiosidad o por el morbo de encontrar algo realmente extraño con lo que sorprender a nuestros amigos y familiares. "¡Hoy he jugado a un simulador de sueños japonés donde no entendía ni papa y me limitaba a pasear por entornos bizarros!" o "Día 127, las paredes se han vuelto de color rosa fosforito. Quedarían bien en mi salón." son frases comunes de los jugadores que acostumbran a visitar los escenarios de este curioso juego, día tras día, pero muy pocos de ellos llegan más allá y se preguntan "¿LSD es el final del viaje, o al contrario, no es más que el principio?"

Pues veréis, yo tampoco estoy muy seguro de poder contestar a esa pregunta, porque por una parte, LSD es uno de los juegos bizarros más famosos y acostumbra a ser el principio de aquellos con la suficiente valentía y tiempo libre (sobretodo tiempo libre) para adentrarse en el oscuro mundo de los videojuegos extraños, como es mi caso, y al mismo tiempo, también es uno de los últimos juegos de Osamu Sato, por lo que se podría clasificar como el principio de nuestra aventura al más oscuro corazón de su mente, y el final de su carrera como productor de videojuegos.

Y si LSD es el final de su carrera, Eastern Mind: The Lost Souls of Tong Nou es el principio.

Seguramente recordaréis que en la entrada anterior comentaba que el protagonista del evento de este mes, el señor Sato, aparte de ser creador de videojuegos, también es diseñador, y la verdad, en LSD: Dream Emulator no pudimos apreciar del todo esa gran faceta suya, como mucho en la mascota del juego, el simpático bichillo amarillo que aparece en la portada. Muchos de los personajes seguían siendo extraños, pero sin ese toque abstracto que caracteriza el diseño de Sato. Tan sólo en breves ocasiones podíamos distinguir su curioso estilo, y en la mayoría de ellas a modo de cameo de sus anteriores obras. Justo al contrario que en el resto de sus juegos, donde se puede apreciar con total claridad su curioso diseño de personajes.

Eastern Mind es un videojuego producido por Osamu Sato en 1994 para Apple Macintosh, y que sorprendentemente recibió una traducción al inglés un año después. Por fortuna o por desgracia, acabó marginado en el oscuro cajón del olvido durante muchos años, y solamente expuesto a la luz por fans interesados en la obra completa de su creador y por encontrar todas aquellas joyas de lo bizarro que a día de hoy siguen ocultas a ojos del mundo corriente.

A diferencia de LSD: Dream Emulator, Eastern Mind tiene argumento, y nos lo explican justo al empezar a jugar, que es lo que suele ocurrir en la mayoría de videojuegos. Nuestro protagonista, Rin, descubre un día la ausencia de su alma, al parecer por culpa de una isla del este, llamada Tong Nou, que engulle sin remordimientos las almas de todos los humanos. Temeroso de morir en el olvido, como el resto de hombres, decide viajar a la misteriosa isla y recuperar su alma.


Antes de empezar su viaje, Rin visita a alguien llamado Yashahiro y por el camino, encuentra una serpiente, que le obsequia con un Furoshiki (una especie de bolsa para guardar cosas) y un amuleto. Al hablar con Yashahiro, éste le da un alma temporal que le permitirá seguir con vida 49 días más, y una vez hechos todos los preparativos, marcha hacia el este en busca de la isla y de su propia alma.

Hasta aquí todo bien, un argumento algo más consistente que lo que nos encontrábamos en LSD, con un destino, un protagonista y una misión. Si ignoramos que una serpiente haya hablado con nosotros y nos haya dado objetos, podría ser perfectamente el argumento de un juego normal y corriente, y que el señor Sato se dedicase a producir videojuegos normales antes de crear su obra más famosa, o al menos, eso es lo que pensaríamos, si al llegar a la isla...


No se convirtiese en una cabeza verde de bebé gigante.

Sí, así es, Eastern Mind no es en absoluto un juego normal, y pese a que podríamos haberlo deducido por la Intro del juego, los siguientes 10 segundos después de presenciar la historia, nos quitan de toda duda.

Como muchos juegos de la época, se trata de una aventura point-n-click, y utilizando nuestro cursor, deberemos movernos por el interior de Tong Nou, entrando por sus orejas, nuca, o incluso mejillas. En su interior descubriremos parajes exóticos llamados de semejante manera, como "La Tierra del Tiempo", "La Tierra del Deseo" o "La Tierra del Sueño", y hablando con los diversos personajillos que la habitan, conseguiremos objetos e intentaremos encontrar maneras de ayudarlos.

Pero la cosa no acaba ahí, porque la verdadera temática del juego no es la búsqueda del alma perdida, ni ayudar a todos los residentes de una cabeza gigante voladora, en absoluto. El verdadero tema que gira en torno al juego es la reencarnación. Y si bien nuestro amigo Yashahiro se ha tomado muchísimas molestias otorgándonos una alma temporal con la que podamos sobrevivir en Tong Nou, la desaprovecharemos nada más alcanzar nuestro destino, puesto que será condición indispensable para continuar la aventura matarnos y reencarnarnos en un ser totalmente diferente.

Seguir siendo Rin no nos aportará ningún tipo de beneficio y lo único que podremos hacer con su cuerpo será explorar, acabando tarde o temprano en el otro barrio ante la imposibilidad de avanzar en el juego. Pero no es sino cuando nuestro muere, donde empieza realmente el juego.

Una vez muertos, se nos presentarán un seguido de rasgos faciales para que escojamos el ser en el que queremos reencarnarnos, y gracias al Árbol de la Vida, volveremos a nacer y se nos anunciará nuestra misión. A partir de ahí, nuestra tarea será la de cumplir el último deseo del personaje en el que nos hemos reencarnado y morir de nuevo, cumpliendo nuestro papel en la vida y retornando al descanso eterno. Al acabar la ruta de un personaje, se nos dará una placa conforme lo hemos hecho bien (como ocurre cuando morimos con Rin por primera vez) y ya no será posible volver a reencarnarnos en aquel personaje.

En total, existen nueve reencarnaciones, Tou, Sha, Byou, Kai, Jin, Gyou, Zen, Retsu y Rin, pero tan solo cinco de ellas tendrán una misión propiamente dicha. Las misiones de Jin, Gyou, Zen y Retsu durarán muy poquito y con unos cuantos clicks las podremos dar por acabadas.

Las misiones en sí no son muy difíciles, si nos lo tomamos con calma y nos paramos a pensar. Normalmente el Árbol de la Vida siempre nos da pistas o nos dice con quién tenemos que hablar, y si sabemos todas las maneras de llegar a los lugares donde nos mandan, solo es cuestión de coger nuestra mochila y avanzar.

Si tenemos algún tipo de problema, siempre podemos coger el Libro de Tong Nou, accesible al entrar en la mejilla izquierda (nuestra izquierda) de Tong Nou, y ponernos a hojear toda la información del juego. En él están escritos todos los lugares, con mapas bastante simples a vista aérea, y todos los personajes que nos podemos encontrar en nuestro camino, así como descripciones, curiosidades e información útil. Es considerablemente largo, pero también será fuente de mucha ayuda y acostumbra a ser uno de los pilares básicos que nos ayudarán a completar el juego, si decidimos no utilizar guía.

El libro de Tong Nou, una de las principales claves que nos ayudarán a avanzar en el juego.

Pero lo más extraño del juego no es el argumento, el sistema de reencarnación o que Tong Nou sea una cabeza verde flotante. Para nada. Lo más extraño del juego es aquello que lo hace único, y lo que nos recuerda que es un juego producido por Osamu Sato. Sus personajes.

Al principio de la entrada os he dicho que LSD: Dream Emulator no contenía al 100% la esencia del diseño de Sato, y Eastern Mind sí, algo fácilmente comprobable en los primeros minutos de juego, cuando nos encontramos por primera vez a un habitante de Tong Nou.

Y es que todos, y absolutamente todos ellos, tienen una estructura altamente abstracta y están puramente realizados en 3D, con formas realmente extrañas que en absoluto se asemejan a algo que hayamos visto antes. Lo único que conseguiremos diferenciar con facilidad de sus cuerpos serán los ojos y las extremidades, y muchas veces, ni eso. ¿El resto? Totalmente aleatorio, abstracto y absurdo.

De entre todos ellos tenemos dragones, humanoides, ranas, e incluso algunos que no sabríamos clasificar en ninguno de los grupos anteriores. Muchos de ellos serán amigables con nosotros, pero otros pueden convertirse en peligrosos enemigos, y matarnos al instante. ¡Mucho cuidado!

El Rey de la Tierra del Deseo, King-gyou. ¿Veis a lo que me refiero?

El simpático Funfun, la mascota del juego, tan alegre como hiperactivo.

Pese a ser un juego que se basa en un universo parcialmente mitológico, una vez lo entendemos no nos resultará muy difícil acabarlo, y ciertamente, tampoco es un juego que dure demasiado. Al contrario que otros point-n-click, será muy claro el momento donde será necesario utilizar determinados objetos y no hará falta usarlos por todas partes para ver si mágicamente aparece la solución del rompecabezas delante de nuestros ojos. De una manera totalmente opuesta, es un juego que se basa más en recoger objetos que en utilizarlos, por lo que no tendremos que preocuparnos de ese tema.

Tampoco deja combinar objetos entre sí y el único obstáculo que encontraremos para completar el juego será aprendernos todos los personajes que aparecen en él y su ubicación, así como conocer todos los atajos y rutas para viajar entre los distintos mundos.

De la misma manera, utilizar guía no está prohibido y nos permitirá acabar el juego mucho antes y no perdernos nada. Según mis informadores, sólo existe una guía en todo Internet y está bastante bien hecha, con quizás algún fallo pero muy útil en todos los sentidos, incluso abarcando una de las zonas opcionales, el Helix Palace.

La música no está mal, y pese a que el tema principal es altamente bailable, el resto de canciones son más bien ambientales y propias del sonido de la época, que si las ponemos una encima de otra, curiosamente forman el tema principal del juego. Aparte de eso, nada que destacar.

En general, es un juego bastante majo que, pese a su edad, está bastante bien para pasar el rato. Al ser tan corto, es fácilmente agradable, pero sólo para aquellos que no le importen temas como los gráficos o el abstractismo que rodea todo su ecosistema. En un principio puede parecer muy extenso en contenidos, al tener tantos nombres propios y tan parecidos, como Gyou, Byou, Ka-gyou, King-gyou, Mon-chien, Shi-chieng, etc. pero son totalmente opcionales y si no los recordamos podemos consultar siempre que queramos el libro de ayuda.

Por supuesto que existen muchos y mejores "point-n-click" pero si no tienes nada mejor que hacer no está mal y siempre es curioso conocer este tipo de cosas, y saber que Osamu Sato también trabajó en otros proyectos, quizás no tan misteriosos y extraños como LSD: Dream Emulator, pero con dosis parecidas de incongruencia y abstractismo.

5 comentarios:

  1. Prefiero mil veces LSD (que pese a ser un poco repetitivo, al menos al no haber meta podías ir a tu aire), el gameplay de aventura gráfica no me llama nada, y los eteeernos pasillos sin fin me parecen soporíferos xD.

    Eso sí, todo un mérito que los fans lo hayan traducido, hayan hecho el parche, y creado una guía.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo entiendo, a mí tampoco me llama para nada que sea una aventura gráfica, y para qué te voy a engañar, jugaba sólo para ver todos los bichillos del juego, que creo que es de los mayores incentivos que se pueden tener para jugar a algo así, porque la historia no es que tenga mucha complicación, sinceramente.

      Increíblemente, no es una traducción hecha por fans, el juego recibió una traducción oficial en 1995 e incluso lo regalaban con la revista PCGamer. Si no tengo mal entendido, vaya. La guía sí que es fan-made y se puede encontrar por Gamefaqs, siendo la única capaz de aportar algo de luz al misterio de cómo pasarse el juego, para los que no acostumbramos a jugar el género. xDDD

      Eliminar
    2. ¿¡OFICIAL!? ¿¡OFICIAL!? ...Increíble... Casi es un hecho más raro que el propio juego XD.

      Eliminar
  2. una cabeza verde gigante que bizarro jajajaja estos tipos de juegos son medio unicos en su especie

    saludos

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar