Y seguimos con Xenogears, pero esta vez haciendo punto y 
aparte y tratando su segunda mitad como algo muy, muy especial, llegando
 a necesitar una entrada entera para hablar de un tema tan peliagudo. 
No es un secreto que algunas continuaciones dentro de un 
mismo juego hayan sido tema de debate, como es el caso de Final Fantasy 
VIII y su primer disco, que difiere en gran medida con el resto del 
juego, aportando un realismo muy interesante que, una vez dado el cambio de disco, se rompe en mil pedazos para desarrollar una aventura 
más orientada a la ciencia ficción.
Este curioso límite entre un estilo u otro no aparece en 
Xenogears, ya que su argumento se encuentra ya perfilado desde un buen 
principio, contando de principio a fin una historia que ya venía 
diseñada desde los primeros minutos de juego (desde el ataque a Lahan 
que os comentaba la semana pasada), sin demasiados puntos ilógicos que 
desencadenen agujeros en la trama.
¿Pero por qué, entonces, es la segunda parte de Xenogears 
tan diferente a la primera, si de hecho, la historia no sufre ningún 
bajón ni un cambio radical en su contenido? Por una gran cantidad de 
razones que pasarán a enumerarse en esta entrada tan especial y dedicada a uno de los disco más curiosos de la historia de los videojuegos.
Cuando el oscuro velo cubre la pantalla por segunda vez para
 ocultar unas fulminantes letras, y una vez en un escenario que ya debería conocer el inocente jugador, aparecen nuestros protagonistas de nuevo, sentados en su poderoso trono, narrando una historia. Una historia que no sabemos por qué, nos trasmite una terrible y espantosa sensación.
Estas pequeñas introducciones, o textos cerrados, sin 
ningún tipo de respaldo jugable, desentrañan lo que será Xenogears a 
partir de su segundo y último disco: Un seguido de escenas narradas que 
resumirán todos los hechos ocurridos más allá de ese fatídico límite 
entre discos, todas ellas siguiendo una misma pauta que nos sacará más 
de una lágrima al narrar increíbles y geniales escenas que nunca, jamás,
 podremos llegar a jugar.
Delante del jugador aparecerán algunos de los personajes 
estrella del juego que empezaran a narrar cada uno de los eventos que 
vivirán nuestros protagonistas, como una especie de monólogo, algunas 
veces dejando breves diálogos, escenas y combates breves entre ellos, 
pequeños destellos de jugabilidad en forma de cuentos interactivos.
![]()  | 
| Bienvenidos al Disco 2. | 
En cierto momento notaremos como esta cruel pesadilla 
parece acabarse, dejando al jugador en una mazmorra, y otorgando un poco
 de interactividad en todo este asunto. Pero cuidado, porque una vez 
acabada... Efectivamente, vuelven los monólogos.
Y así hasta cerca del final del juego, un momento que, como
 en muchos otros juegos, se hace notar irremediablemente, y en el cual 
los ánimos del jugador se encuentran en límites exageradamente bajos, se
 produce el milagro: Vuelve la libertad, vuelve todo aquello que parecía
 perdido, vuelve Xenogears.
En los últimos momentos, el mundo se abre ante el jugador y
 descubre que sus mayores deseos pueden cumplirse, y de hecho, lo hacen,
 abriendo el mapamundi y dejándole disfrutar de los combates, los 
diálogos y muchos de los detalles que a mitades del segundo disco 
parecían perdidos.
¿Pero qué hay mas allá de esta pequeña brecha? Muchas 
posibilidades en el grande y extenso mundo de Xenogears, pero un 
horizonte no del todo prometedor. Efectivamente, pues cono he dicho 
anteriormente, el final del juego está cerca y el tiempo se queda 
miserablemente corto, así como el contenido del juego.
Una/un par de mazmorras y todo habrá acabado. 
Mazmorras grandes, en especial la última, enormes colosos que harán 
sacar de quicio al jugador más paciente, pero sin la capacidad de 
justificar la mayor parte del segundo disco, dejando un juego 
incompleto, con su argumento ligeramente intacto pero sin esa esencia 
que en el primer disco nos enamoró y encandiló como muy pocos JRPGs han 
sabido hacer.
La ira del jugador es tanto implacable como comprensible, y
 el segundo disco de Xenogears ha entrado bien hondo en la cultura 
popular, sin que los desarrolladores llegaran nunca a pronunciarse por 
semejantes cambios de un disco a otro. Todos los indicios indican un 
desarrollo con prisas, un lanzamiento prematuro que obligara a los 
desarrolladores a tomas duras decisiones sobre este segundo disco, o 
incluso una falta de financiación que explicaría perfectamente la 
reutilización masiva de recursos y el sistema de monólogos que pasan impunemente frente a los ojos del jugador.
¿Y sobre el final, qué? Afortunadamente, el final conserva 
todo su esplendor y no parece estar tan resumido como la mayor parte de 
hechos del segundo disco, por lo que aquellos que tengan pensado jugarlo
 en un futuro pueden respirar tranquilos. Generalmente, toda la parte 
final del juego, tanto mazmorra como batalla final están perfectamente 
integradas, incluidas cada una de las escenas y cinemáticas finales.
De todo esto deducimos que, efectivamente, el segundo disco
 está incompleto, resumido irremediablemente por unos u otros motivos, 
esbozando un límite tan grande entre el primer y segundo disco que 
resulta impensable su comparación.
Pero pongamos los hechos sobre la mesa y analicemos la 
situación: Pese a todo, Xenogears ha conseguido escalar hasta la cima de
 los JRPGs, llegando a convertirse en un referente mundial del género, y
 un modelo a seguir para una gran cantidad de títulos, todo esto en una 
época plagada de juegos del mismo estilo y una competencia desmesurada 
en cuanto a RPGs se refiere.
Y en contra de todas las adversidades, Xenogears sigue en 
pie, entrando en este blog como un peso pesado, considerado por muchos 
uno de los mejores RPGs habidos y por haber y, muy importante, creando 
una saga de juegos propia, algo que dice mucho del éxito del juego 
original.
Lo único que podemos sacar en claro aquí es que, por muy 
incompleto que sea su segundo disco, por muy apresurado que haya sido su
 desarrollo, por muy falto de financiación que haya sido su diseño, 
Xenogears sigue siendo indiscutiblemente uno de los mejores juegos de 
PSX, y eso es mucho decir de un título con tantas fallas como las que 
aquí se enumeran. Pese a todo lo comentado, sigue siendo uno de las grandes.
Al empezar a jugar no tenía ni idea del estado de su 
segundo disco, y reconozco que me sorprendió muchísimo el cambio de su 
primera a su segunda parte. Después de escuchar tanto elogio, estaba 
claro que acabaría formando parte de uno u otro extremo, y cuando por fin
 he contemplado el cuadro completo con todos sus puntos positivos y 
negativos, he de confesar que sí, lo reconozco, me ha encantado y lo 
recomendaría a todo el mundo. Hasta a aquellos que no sean fans de los 
Mechas, como es mi caso.
Desde aquí también me gustaría recomendar uno de los LPs que más me han hecho reír, hablando precisamente de este juego, no como algo sustitutivo del juego sino complementario, porque leer el LP de TheDarkId después de jugar cada capítulo de Xenogears es uno de esos felices momentos que no cambiaría por nada del mundo. A continuación os dejo el enlace correspondiente: Xenogears (por TheDarkId)





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