viernes, 10 de enero de 2014

Las tardes de Punchline: Chulip


Siempre he querido hablar en este blog de Chulip. Primero, porque es uno de esos juegos tan extraños que me gustan tanto, con una premisa curiosísima que estoy seguro que a más de uno le caerá en gracia, y segundo, por su increíble capacidad para reunir la misma cantidad de rareza y hermosura, resultando en un juego muy equilibrado, y satisfaciendo tanto a aquellos que buscan un juego fuera de lo común, como a aquellos que buscan un juego precioso sobre un tema tan corriente como puede ser la amistad, el amor y los problemas de la vida cotidiana.

Todo empezó un día como cualquier otro, de la mano de Rokuso3, que empezó a jugarlo hace puede que más de un año. Después de enterarme de la idea principal del juego, entró inmediatamente en mi lista de juegos pendientes, y hace tan solo seis meses, pude darlo por acabado. Llegó a gustarme tanto que consiguió con mucha facilidad asegurarse un pequeño rinconcito en mi corazón. Por ello, un saludo muy fuerte a Rokuso3 por recomendármelo. Si os quedáis con ganas de más, echadle un ojo a su propia entrada de Chulip, que está muy muy bien.

¿Y cuál es ese increíble argumento que hizo que, con simplemente mencionarlo, el juego pasara sin dudar un ápice a mi lista de juegos pendientes? Muy simple. Veréis, el juego va de besar. Así, sin más. Obviamente todo ese proceso pasa por determinadas fases con su respectivo gameplay, pero resumiendo todas las palabras en una, esa seguramente sea la que mejor definiría este juego.

No os equivoquéis, no se trata de un triste minijuego de besar, al estilo flash y de pocas horas de juego, para nada. Se trata de algo mucho más complejo, disfrazado en una especie de aventura gráfica, solo apta para las mentes más rebuscadas y pacientes, capaces de buscarle tres pies al gato y de pasear por los mismos escenarios una y otra vez, hasta aquel esperado momento en que se encienda una pequeña bombilla en la mente del jugador.

Y no estoy exagerando. Chulip no es un juego difícil, sino dificilísimo, casi imposible. Reconozco que no soy la mente más brillante en lo que respecta a aventuras gráficas, pero si he tenido la paciencia de intentar avanzar en los pasillos del templo de La-Mulana durante 33 horas sin ayuda externa, os aseguro que también la he tenido con Chulip. Y realmente, acabar La-Mulana sin ayuda externa es algo muy, muy difícil, pero se puede conseguir. (Si un idiota como yo consiguió llegar a dos tercios del juego, es que alguien un poco avispado podría ser capaz de acabarlo)

En cambio, Chulip no es así, y a medida que avanza el juego, la dificultad aumenta considerablemente, hasta acabar en una prueba de fuego que sólo alguien con muchísimo tiempo libre o memoria podría ser capaz de responder sin ayudas externas, mientras que por el camino hacia ese gran final, nos topamos con considerables problemas con soluciones difícilmente intuibles para el jugador medio.

¿Es esto un punto negativo para el juego? Desde luego, pero al mismo tiempo, dicho problema tiene una fácil solución. Sí, lo habéis adivinado. Está claro, a nadie le gusta tener que recurrir a ayuda externa para acabar un juego, lanzando por los aires todo el orgullo de completarlo con solamente las propias manos del jugador, pero aquí se hace necesario. Seguramente habrá gente que no le guste demasiado todo esto, pero podría ser peor. Podría tener bugs.

No he podido evitar acordarme de Pokémon al ver esta imagen.

La historia de Chulip comienza como todas las demás, con el protagonista de nuestra aventura. El chico, sin nombre (a escoger por el jugador), llega con su padre de la gran ciudad a un pequeño pueblo, como último recurso de una vida no muy favorable en cuestiones económicas. Al llegar a su fea y destartalada nueva casa, nos encargan nuestra primera tarea, ir a saludar a nuestros vecinos.

Después de dar una vuelta por el vecindario, y de enterarnos de lo pobre que es la familia de nuestro protagonista, conocemos a nuestra alma gemela, una chica que ha escapado de casa y que, temporalmente, habita en el solar del vecindario. Esta chica, sin nombre (a escoger también por el jugador), se convertirá en el objetivo principal del juego, y lo único que pasará por la cabeza de nuestro protagonista es tener más experiencia en el amor y conseguir robarle un beso de sus labios.

Y cuando digo más experiencia en el amor, es empezar a besar como un descosido a todo aquel que se ponga por delante.

Por una parte, tenemos los personajes secundarios (habitantes del mundo subterráneo), sin apenas líneas de diálogo, que se encargarán de vagabundear a determinadas horas del día en ciertos lugares, y que intentarán con divertidos minijuegos o puzles, escapar de nuestros besos. Algunos necesitarán que el jugador interactúe con un objeto antes de besarles, otros requerirán del uso del sigilo, y otros serán tan sencillos como dejarse atrapar por nuestros besos. La mayoría de todos ellos no supondrán un desafío demasiado duro, pero su recompensa tampoco significará demasiado para nosotros (salvo en algunos casos), en su mayor parte monetaria.

Y por la otra, los personajes principales, con requisitos mucho más complejos que los secundarios. Cada uno de ellos con una agenda que llevarán con rigurosa práctica. En Chulip, el tiempo es una magnitud muy importante, y cada hora del día será clave para ir a visitar a uno u otro habitante del pueblo. Por ejemplo, por las mañanas, el propietario de los baños termales sale de su casa para abrir su local, y por las noches, el simpatiquísimo Batayan deja su lata en la plaza central para que la gente le eche dinero, mientras toca la guitarra y canta canciones tristes.

Todo el pueblo se mueve con una actividad muy corriente, y todos sus habitantes tienen su distinto horario, que nosotros utilizaremos para nuestro beneficio. A medida que completemos las distintas quests de dichos personajes, nuestra experiencia en el amor subirá, así como la categoría por la que nos conozcan los habitantes del pueblo.

Los filtros están tremendamente bien usados, indicando noche, día o tarde.

Poco a poco, y a medida que recolectemos amor mediante besos, los puntos de vida de nuestro protagonista aumentarán y podrá hacer frente a nuevas dificultades, muy pero que muy comunes en Chulip. Tanto buscar en la basura y encontrarse excrementos como sufrir un desengaño amoroso le causarán daño emocional a nuestro personaje, y al llegar a cero, el juego acabará.

Absolutamente todos los personajes secundarios, y una buena parte de los principales, son completamente opcionales, y su único objetivo será el de aumentar nuestra vida (y otras recompensas). Muy pocos de ellos serán completamente obligatorios, puesto que el argumento avanzará de una manera normalmente aislada de todo ello, mediante otros puzles que, aunque se pueden contar con los dedos, nos ocuparán gran parte de nuestro tiempo. Quitar una roca de las vías del tren puede que no sea algo excesivamente loable, pero hablar con tres profesores distintos y realizar cada una de sus tareas puede llevarnos días.

Un aspecto muy entrañable de Chulip es su diseño, pues todos los personajes tienen su propio estilo característico, en muchas ocasiones bastante alejado de la realidad, intentando más bien ser una caricatura, escondiendo problemas de, muchas veces, gran seriedad bajo la cómica careta de la mayoría de títeres, provocando un panorama de severa tristeza y desgracia, muy similar al típico y famoso retrato del payaso triste.

Y esto, sin duda, es uno de los mejores puntos de Chulip. La crudeza de los problemas de los habitantes del pueblo es algo que le da mucha personalidad al juego, pues están muy alejados de los que estamos acostumbrados a ver en muchos otros juegos. En Chulip, nadie necesita diez cáscaras de insecto para vete a saber qué, ni tampoco nadie está apenado porque unos bandidos hayan secuestrado a su hija. Tampoco existen dragones que atemoricen los reinos feudales.

En Chulip, Batayan está preocupado por no poder encontrar empleo, obligándole a tocar la guitarra por las noches y pedir limosna, pero algo que al fin y al cabo es lo que le hace feliz, pese a no tener dinero para dejar de vivir en su triste caravana. Goro, el propietario del restaurante, está obligado a vender boniatos por las noches, porque se pasa el día durmiendo y soñando con abrir de nuevo su cine, su verdadera vocación. Y el director del colegio, se ve obligado a delinquir para poder pagarle el sueldo al resto de profesores, que sin ese dinero no pueden alimentar a su familia.

Todas las historias de Chulip tienen un mensaje, y todas reflejan muy bien las tribulaciones de la vida, mientras el jugador va descubriendo poco a poco a cada uno de sus personajes, y sus respectivas situaciones. Siempre recordaré aquel maravilloso día en el cual pude tomar el té con Leo y enterarme de su vida pasada, cuando era joven, o cuando decidí seguir a Goro en una de sus jornadas diarias, para descubrir qué hacía por las noches, para acabar descubriendo en su lugar los oscuros secretos de su mujer, llevada siempre por el amor hacia su hija. Un día, casualmente, decidí acompañar a Batayan, y me quedé una noche entera con él, hasta el punto de llegar a esconderme junto a él del malvado policía, que hacia su típica ronda nocturna, vigilando que nadie se saltara el toque de queda.

Todos esos momentos son momentos que hacen Chulip un gran juego, y es una experiencia única poder disfrutar de cada una de ellas, aunque sea a base de una jugabilidad un poco tosca que intente acabar con nuestra paciencia.

Hacer una cobra, versión Chulip.

La música del juego es tan original como su diseño, pues sus canciones están formadas por sílabas japonesas alteradas de orden, de igual manera que sus diálogos. El acabado final es tanto curioso como original, y realmente queda bien en el juego, con ese toque tan extraño que lo caracteriza. Ejemplos de esto son Gentleman's Teatime, A Daytime Stroll In Scarecrow Field, Batayan's Song y Julie's Bar Theme. Me podría pasar años escuchando esta última.

La única pega de todo esto, es que la mayoría de canciones del juego son versiones instrumentales de las principales, y hay relativamente pocas canciones que podamos disfrutar, por no decir que en muchas partes del juego, no suena música alguna, una verdadera pena.

Otro de los grandes impedimentos que nos pone el juego para evitar que disfrutemos como Dios manda, es la incapacidad de correr del protagonista, hasta que conseguimos besar a cierto habitante subterráneo, que nos recompensa con dicha habilidad. Si jugáis, intentad llegar lo antes que podáis a ese punto. Está claro que otros juegos también se niegan a que el jugador se dé prisa, pero un gameplay al más puro estilo Pathologic no es algo que el mundo necesite. Y Chulip necesita ser jugado como se merece.

Si os gustan los juegos de acción, o los juegos rápidos, huid tanto como podáis de Chulip, pero si por el contrario pensáis que podéis tener la paciencia necesaria para soportar su jugabilidad y aprender cada día un poquito más de las vidas de los ciudadanos del pueblo, os animo encarecidamente a que lo probéis, pues es muy posible que os acabéis encariñando de algún que otro personaje, como me pasó a mí, y sintiendo por este título aquello que el juego profesa e irradia a partes iguales, un tan encantador como maravilloso amor.

12 comentarios:

  1. Por cierto, voy a cerrar la encuesta. Ya tengo los datos que necesitaba. :x

    ¡Gracias a todos por votar!

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  2. Cuando leí la reseña de Rokuso ya me pareció un juego súper entrañable y atrayente, y ya con la tuya le tengo unas ganas que no me caben ^_^

    El tema de los personajes haciendo sus propias vidas y pudiendo averiguar más sobre ellos si, simplemente, te tomas la libertad de hacerlo, me trae a la cabeza el Deadly Premonition (oki, cualquier cosa me lo trae a la cabeza, pero aquí tiene suficiente relación como para mencionarlo xD). Me encanta todo lo que habéis comentado de él, y así que fijo que lo juego algún día :D

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    1. Al jugar a Deadly Premonition, ese aspecto me recordó mucho a Chulip, con hasta la posibilidad de espiar a los ciudadanos por las ventanas de su casa, pero desgraciadamente, fue una de las cosas que no pude explotar demasiado por los tiempos de carga del juego... Me podía llegar a tirar tranquilamente cinco minutazos en comprobar sólo las ventanas de cualquier casa, a menudo sin éxito y encontrándome la casa completamente vacía... :(

      Chulip está mucho más orientado en ese sentido, y aunque no tiene una trama tan emocionante como DP, sí que resulta mucho más entrañable, comprendiendo la dura y monótona vida de una persona corriente, con sus problemas, sus sueños y sus obligaciones.

      Yo creo que, aunque sea una vez en la vida, deberías jugarlo (con guía en mano). Es una preciosidad de juego que si llega a gustarte, puede calarte muy hondo en el corazón.

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    2. Ya, yo también miré muchas veces por la ventana sin éxito alguno xD. Me llegué a preguntar si alguna vez había alguien dentro, y es que mis primeras 5 horas con Deadly fue de estar perdida total por el pueblo, jajaja. En ese momento no se sabía tanto de él y nadie te decía por internet "no, avanza un poco más, que todavía no estás en el punto de libertad absoluta" (U^_^)

      Lo cierto es que al final sí tiene momentos importantes el espiar por la ventana. Con dos personajes concretos pude verlos dentro, e incluso uno de ellos fue todo un shock. Supongo que la inmensa mayoría de gente ni habrá visto eso... qué pena (u_u)

      Prometo jugar Chulip algún día. Me parece muy cautivador ^_^

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  3. ¡Chulip es tan bonito! La entrada desprende amor por todos lados y, la verdad, no me extraña.

    Dentro de lo absurdo que es todo (el hecho de estar ante un juego en el que para conseguir besar a la chica tengas que besar antes a todo el pueblo es ya bastante rocambolesco), y con ésos diseños tan simpáticos y aparentemente infantiles, a mí me sorprendió mucho. Desde el minuto uno ves a los vecinos cuchicheando a tus espaldas (literal, si te das la vuelta te sonríen) porque el protagonista se acaba de mudar, y enseguida te das cuenta de los motivos cuando hablas con el padre, es sorprendentemente realista. Repleto de momentos tiernos, a mí es un juego que me emocionó mucho, quizá precisamente porque esperaba que fuera todo una japonesada totalmente absurda y, de repente, vi que estaba ante unos personajes muy trabajados, con un montón de historias con bonitas moralejas, y cuyo tema principal es la felicidad.

    Eso sí, la última parte del juego me dio un mal rollo tremendo. Dentro de las partes bonitas, Chulip tiene algunos momentos RAROS, por no hablar de algunos habitantes subterráneos... Toda una experiencia, sin duda.

    Esperando la próxima reseña de Punchline ^^.

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    1. Siendo tan raro como es, era obvio que acabaría jugándolo, y también me sorprendió mucho cuando lo acabé. No me esperaba para nada algo tan emotivo y con los pies en la tierra, independientemente del diseño rarito del juego.

      Completamente de acuerdo sobre lo del final, que aunque sea un juego orientado al amor y a la felicidad, tiene algunos momentos muy... Extraños. Desde luego, Chulip puede pecar de muchísimas cosas, menos de originalidad, y lo digo en el buen sentido, nunca deja de sorprender al jugador.

      Gracias por recomendármelo y esperemos que con Moon también disfrutemos un montón. Como sea la mitad de bueno que Chulip, seguro que pasamos unos muy buenos ratos.

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  4. Otro a mi lista de "para cuando quiera rarezas con cagadas pero al final todo el mundo ama".

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    1. Te lo recomiendo mucho, de verdad. Quizás hasta me atrevería a recomendarlo por encima de muchas otras cosas raras que han pasado por este blog. Chulip desprende amor, y por extraño que sea, sigue siendo un muy buen juego si puedes pasar por alto todos esos pequeños puntos negativos, a base de paciencia y sin prisas.

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  5. se ve interesante :D ya lo adquirire para la ps2 ojala lo encuentre facil

    por cierte has jugado al shin megami tensei: digital devil saga genial juego

    saludos

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    1. Uf, si te refieres a encontrarlo fácil físicamente... Es difícil, la verdad, no es de las cosas más famosas de PS2 ni mucho menos, ¡pero quién sabe! Me alegra que quieras jugarlo, es un juego muy muy bonito y entrañable. ^_^

      ¡Sí, sí he jugado a Digital Devil Saga! Y viendo que hace poco hablé de Strange Journey, es muy posible que acabes viéndolo por aquí algún día, en una entrada que hable de su primera y segunda parte. Hace muy poquito que los acabé y me gustaron mucho mucho, aunque cada vez que acabo un SMT me entristezco de que cada vez me queden menos por jugar... ¡No quiero que se acaben!

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    2. a mi me fascina la musica del 2 mas que la del 1 esta mejor en mi opinion y eso que puedas ponerle una habilidad a cualquiera que no tiene nada que ver con el es muy enviciante me refiero a los mantras y la historia desprende una filosofia que inclusive se podria complementar con la realidad y ademas es diferente a otros juegos de la misma sarie

      !saludos!

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    3. ¡Yo prefiero la del 1! Pero reconozco que las dos están muy bien. ^_^ Y el sistema de esferas es lo que me llevó a probarlo en su día, en FFX me gustó muchísimo y siempre me había quedado con las ganas de probar más juegos así. (Y es precisamente lo que más me llama de juegos como Path of Exile)

      Un día de estos comento los dos juegos, que me gustaron mucho mucho. ^_^!

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