lunes, 2 de septiembre de 2013

Sengoku Rance


Meses después de la genial entrada en el blog de Guimu sobre esta curiosa entrega de una de las sagas más famosas de eroges de todos los tiempos, me animo yo también a hablar de él, porque de igual manera que cuando empecé a jugar a Kara no Shoujo, es uno esos juegos a los que les di una oportunidad con miedo, temeroso de acabar leyendo páginas y páginas de hentai, y aunque en cierta manera fue así, Sengoku Rance acabó por ganarse un rincón en mi corazoncito y escalar con golpes duros y firmes entre mi ranking de juegos eróticos favoritos, no con una historia o una narrativa excelente, sino con algo que no esperaba encontrarme en un juego de su naturaleza... Un gameplay increíblemente trabajado.

Sengoku Rance es el séptimo juego de la saga Rance, creado por AliceSoft y estrenado el 15 de Diciembre de 2006, aunque la compañía también tenga en su repertorio otros juegos como Daibanchou o Daiteikoku, que seguirían entrando dentro del género de rpgs eróticos, pero mucho menos famosos y conocidos.

La premisa de la mayoría de juegos de Rance es muy, muy sencilla: Nuestro objetivo consiste en tener sexo con el mayor número de chicas posibles, sea mediante fama, gloria o por simples técnicas de seducción. Una meta bastante simple y que resume la mayoría de juegos de la saga, aunque siempre con un argumento cerrado que irá variando en cada juego.

En el caso de Sengoku Rance, después de salvar al mundo de Zeth, antagonista del anterior rance (el sexto de la saga), Rance viaja a una tierra ambientada en el Japón del Sengoku para tomarse unas vacaciones en unos baños termales. Allí, encuentra un misterioso hombre que dice llamarse "Oda Nobunaga" y que, junto a su pequeña hermana menor, Kouhime, le piden a Rance que tome el mando de su familia y comande sus ejércitos. Con el objetivo de conquistar todo el Japón feudal y tener sexo con todas las mujeres de Japón, Rance se pone en marcha y empieza los movimientos bélicos, siempre ante los ojos de un poderoso y malvado demonio, Xavier.

Con este supuesto, empiezan las aventuras de Rance por su séptimo juego, de un modo parcialmente diferente al de las anteriores entregas, con un gameplay al más puro estilo "estrategia a gran escala", pero con pequeñas batallas entre ejércitos, no utilizando soldados sino batallones enteros, compuestos por el capitán del grupo y todos los soldados a su mando.

Muy conocida es la frase de aquellos que acostumbran a jugar a Sengoku Rance, y la repiten hasta la saciedad al ver las incontables horas que le acaban dedicando al juego. "Vine por el hentai, y me quedé por el gameplay", y es que pese a las más de cien escenas de sexo, el juego también cuenta con una jugabilidad increíblemente adictiva, con la posibilidad de administrar tropas, atacar provincias enemigas, explorar mazmorras en busca de objetos especiales, y sobretodo, buscar escenas eróticas.

Una vez empiezas a jugar, y te centras en la conquista, administración y gestión de tu imperio, olvidas completamente que el hentai existe, aunque te lo vayan recordando cada cierto tiempo, y a diferencia de otros juegos de también elevados niveles de escenas subidas de tono, llega a no importarte, y en lo único que piensas siempre acaba siendo "Venga, un turno más", arrastrándote muchísimas más horas de las que esperabas cuando empezaste a jugar.


De una manera distinta a lo que estaríamos acostumbrados a pensar sobre el gameplay de una juego hentai, el de Sengoku Rance es bastante complejo y para nada simple. Contamos con dinero que podemos utilizar para curar nuestras tropas, realizar acciones diplomáticas, hablar con nuestros capitanes para subir su afecto (y así quizás desbloquear alguna escena erótica), pelear por la conquista, defender territorios y hasta pedir ayuda a otros continentes para que nos envíen refuerzos.

Y por si fuera poco, también es posible apartar a un lado todos nuestros ejércitos para entrenar a nuestros personajes en mazmorras y, si hay suerte, conseguir objetos realmente únicos que al equiparlos a nuestras tropas, servirán como power-ups para que lleguen a ser cada vez más y más poderosas.

Son muchísimas las posibilidades, pero siempre nos moveremos por el clásico mapa japonés, dividido en provincias y que veremos muchísimo dentro del juego, porque todas las decisiones importantes surgirán ahí. ¿A quién debemos atacar? ¿Nuestras fuerzas pueden igualar el poder bélico enemigo? ¿Podemos permitirnos una guerra a varios frentes? ¿Deberíamos dejar de lado la guerra y explorar nuevas mazmorras?

Los combates son sencillos, y cuando aprendes el sistema, es muy fácil orientarse. El tipo de unidades del juego es numeroso, y a medida que el jugador vaya jugando, los irá descubriendo, personalizando su equipo y poco a poco, estableciendo las combinaciones más mortíferas, para acabar con el enemigo y hallando la victoria.

El mapa, lugar de toma de decisiones.

No es un juego fácil. Para nada. Aunque sea un juego erótico, su dificultad es exageradamente elevada, ocasionada principalmente por la ausencia de tutoriales en el juego. Únicamente nos ofrecen uno al principio, y obligatorio, para que aprendamos las bases de los combates, por si no entendemos que "Atacar" significa "Bajar el número de tropas enemigas" y "Cubrir" significa "Evitar que otra unidad sufra daños". Al acabar el corto aprendizaje, nos dejan libres y a la aventura, delante del enorme mapa de Japón, sin saber qué hacer, y a base de prueba y error, ir avanzando en la sacrosanta conquista.

Es muy común entre los jugadores de Sengoku Rance echarse las manos a la cabeza y verlo todo perdido, al encontrar súbitamente que aquello que estaba haciendo durante todo el juego no era lo más importante, o que desbloquear todo el hentai en un playthrough no era una buena idea. El juego se divide en turnos, y cada turno, en dos acciones (como mínimo) en las cuales podemos hacer lo que nos plazca, desde conquistar hasta invertir en escenas hentai (no salen así como así).

¿Cuál es el problema? El juego no nos espera, y determinados momentos de la trama ocurren en determinados turnos, por lo que si el jugador se duerme, le pillé el tren y tenga que replantear su estrategia intentándolo desde un save anterior o algo peor, reiniciando por completo su partida. Algo que puede desesperanzar a buena parte de los jugadores, pero que al mismo tiempo, hará que aprendan a jugar mejor y lleguen cada vez más lejos.

Personalmente, no suelen gustarme este tipo de mecánicas, tan propias de juegos del estilo, que te obligan a buscar información por tu cuenta y aprender a jugar en la teoría, para desarrollarlo en la práctica, por lo que me hizo muy feliz no tener que repetir la partida entera, todo gracias a Guimu que fue comandando mis ejércitos desde la sombra, aconsejándome y dándome pistas sobre en qué debería centrarme, de la multitud de posibilidades que el juego ofrece.

Los consejos de Guimu fueron una parte esencial de mi partida y a su manera, el tutorial especializado que nunca tuve, y por ello os recomiendo fervientemente leer esta entrada, un tutorial que hizo él mismo en su blog y que ayuda muchísimo a ir por el buen camino y no meter la pata. Si os proponéis empezar el juego algún día, leedla antes de comenzar, vale mucho la pena.

Los combates en el modo todos contra todos. Creo que me he pasado enviando tropas.

En cuanto a otros aspectos, como el sonido o el apartado gráfico, también me tengo que cargar de elogios. La música del juego está muy bien, y aunque ninguna canción me haya llegado al alma, tiene temas muy buenos, como el mítico My Glorious Days o Kenshin's Theme, muy animados y movidos.

En cambio, el dibujo va más allá, mucho más allá. Para ser un juego estrenado en 2006 está exageradamente bien, y se nota el presupuesto. Si lo sacaran al mercado este año, no desentonaría para nada, con unos gráficos tan bien elaborados. No parecen antiguos en absoluto. Todas las chicas están muy bien dibujadas y son tanto guapas como diferentes entre ellas. No hay dos iguales y las hay para todos los gustos, aunque mis favoritas sean Uesugi Kenshin, Naoe Ai, Yamamoto Isoroku y Ranmaru, entre muchas otras, que por si no lo he dicho ya, muchas de ellas tienen nombres de figuras famosas japonesas, como se puede apreciar con Kenshin y Yamamoto.

Si bien el juego está orientado en un estilo cómico, diseñado para que nos riamos con las tonterías de Rance, también tiene escenas bastante serias y crueles, por lo que los más inocentes están advertidos de situaciones que quizás puedan herir su sensibilidad. Me veo obligado a comentar este pequeño detalle, porque mientras jugaba surgían varios eventos de temática más... Cruel, y no me gustaría que pensarais que todo el juego vaya a ser "una mezcla extraña de porno y risas". Seguramente acertéis si pensáis eso, y qué demonios, el 97% del juego se resume en esa frase, pero también tiene momentos duros. ¡Avisados estáis!

Sengoku Rance es un juego que os recomiendo mucho, y por muy cargado de hentai que esté, y numerosos sean los eventos eróticos del juego, vale mucho la pena jugarlo por todas las posibilidades que trae. La historia principal, varias rutas dedicadas a las mejores chicas, o un modo todos contra todos son algunas de las múltiples razones para jugar este título. Sumado a la genial jugabilidad y las muchísimas horas de vicio que nos puede dar, lo convierten no sólo en "un juego hentai que podemos probar" sino en un "EL juego hentai que DEBEMOS probar" si queremos adentrarnos en el mundillo de los eroges jugables. Totalmente recomendado, y si podéis soportar las ingentes cantidades de equis, más aún.

Kenshin, siempre en nuestro corazón.

7 comentarios:

  1. Si a las siguientes preguntas "¿A quién debemos atacar? ¿Nuestras fuerzas pueden igualar el poder bélico enemigo? ¿Podemos permitirnos una guerra a varios frentes? ¿Deberíamos dejar de lado la guerra y explorar nuevas mazmorras?" contestas "Sí a todo", estás listo para este juego.

    Cuánta publi gratuita :$ Que se extienda Rance entre todos nosotros! Además, seguro que a Rokuso le gustará

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Un día tengo que probar otro! Aunque confieso que escribiendo la entrada me dieron imperiosas ganas de empezar la ruta de Yamamoto, ¡qué amor de mujer!

      Eliminar
  2. A mí me gustaría mucho probarlo (aunque con lo "fino" que va mi PC con las VNs, no sé si podría), la verdad es que siempre oigo hablar genial de él, y hasta una amiga que desprecia mucho los juegos hentai lo considera muy divertido, así que algo debe de tener. Lo de no tener tutorial echa mucho para atrás (y la verdad es que hay otros juegos de AliceSoft que también me llaman la atención), pero en su día ya miré el tutorial de Guimu y si algún día juego lo usaré sin duda.

    Así que apuntado queda, aunque sujeto a las condiciones que ponga mi PC XDDD.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tranquila Rokuso, mi portátil es una patata y he echado el 90% de horas del rance en él xD así que yo creo que debería ir fino en cualquier pc "actual"

      Eliminar
    2. No es por potencia del pc, más bien es por lo de instalar el idioma japonés, que aunque lo haga bien muchísimas VNs no me funcionan ni por applocale ni cambiando el idioma del PC.

      De todas formas, mi PC estuvo presente durante la caída del imperio romano y se relentiza al abrir el explorador, así que no descartes que no me vaya XD.

      Eliminar
  3. Jo, siempre he querido probar esta saga, y no sabía que tenía tanto contenido erótico... yo tenía la idea de que era de estrategia y fin xDDD.

    No me hace mucha gracia eso, pero no descarto probarlo algún día ^_^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, yo tampoco soy muy fan del contenido erótico de estos juegos, y desgraciadamente, Sengoku Rance (me imagino que al igual que el resto de entregas de la saga) está lleno de equis... Se compensa por otros lados, créeme, pero sí que puede tirar un poco para atrás si no sabes a lo que vienes.

      Anímate algún día a probarlo, recuerda que siempre puedes saltar las escenas subidas de tono con la tecla Ctrl. :)

      Eliminar