La técnica de crear animaciones con arcilla mediante stop motion, también llamada claymation, no es un recurso muy utilizado en los videojuegos. Tuvo un período experimental en la década de los 90 con juegos como Clay Fighters, Primal Rage o The Dark Eye y no suele ser muy común encontrar títulos realizados con esta técnica en la mayoría de estanterías, pues no tuvo demasiado éxito en el mercado competitivo y muy pocas desarrolladoras optaron por un método tan laborioso, que además no producía tan buenos resultados como en la animación corriente.
Una de estas arriesgadas desarrolladoras, The Neverhood Inc. saltó en 1996 al mundo de los videojuegos con su obra homónima, The Neverhood, para Windows 95. Una aventura gráfica con unos personajes simpáticos y mucho carisma. Como la mayoría de juegos del estilo, su jugabilidad está basada en la resolución de acertijos y puzzles mientras contemplamos las animaciones de arcilla que se van reproduciendo a medida que avanzamos. Pese a estar desarrollado por un equipo separado en 1999, justo después de sacar al mercado su último juego (Boombots), ha sido clasificado por muchos como un juego de culto y conserva una fanbase sólida incluso después de tantos años.
Presenta una jugabilidad un poco extraña, como si estuviese poco trabajada, pero al ser una aventura gráfica tampoco es indispensable mucha calidad de movimiento o unos buenos controles. Imagino que esto se deberá al crear un muñeco grabado por stop motion como personaje jugable, que da una sensación un poco arcaica, como si le costase moverse. Al jugarse enteramente con ratón, puede parecer también un poco engorroso mover al personaje por la habitación a golpe de click en el suelo. Klaymen es lento y algunas de sus animaciones son algo repetitivas. Para mí es el punto negativo más fuerte del juego, pero supongo que es un precio que debemos pagar para contemplar un claymation bien definido y con una calidad abrumadora.
La temática y el apartado artístico pueden parecer diseñados para un público de poca edad, pero inicialmente el juego fue pensado para mayores de 17, mayormente por su dificultad. A mí no me ha parecido demasiado difícil, pero sí que hay algunas partes sencillamente imposibles si no tenemos papel y lápiz como compañeros de viaje. Llega a ser indispensable anotarse las claves que usaremos en los rompecabezas, porque es muy difícil acordarse de todo de memoria sin tener que volver atrás a comprobar cómo era cierto símbolo o dónde iba tal número.
Aunque en principio parezca un juego simple y sin diálogos, al llegar al Hall of Records nos encontraremos con párrafos y párrafos de narrativa, para los que quieran enterarse al completo de la historia. Es un texto exageradamente grande, y es necesario atravesarlo completamente para acabar el juego, pues al final de la sala se encuentra uno de los fragmentos del vídeo que buscamos. La lectura es opcional, puedes enterarte perfectamente del argumento con las animaciones y lo que Willie te explica, es tan sólo un contenido extra para los que quieran saber más del juego y sean unos apasionados de la lectura.
Tampoco parece demasiado, pero sólo es una de las casi cuarenta pantallas que deberemos atravesar hasta llegar al final del pasillo. |
El aspecto más atractivo del juego, es sin ninguna duda, sus animaciones. El toque claymation le da a todas una belleza increíble, a la que no estás acostumbrado al jugar a juegos normales. Parecen sacados de una película de Wallace & Gromit, pero con una calidad de 1996, eso sí. Todas son divertidas, y disfrutaremos mucho viendo a Klaymen siendo perseguido por bichos horrendos y haciendo travesuras por doquier.
Para disfrutar al máximo del mundo de arcilla, el juego propone un sistema de mobilidad entre áreas en primera persona, para sumergirnos de lleno en la aventura y ver como nosotros mismos avanzamos por las calles de The Neverhood. La única pega es no tener control sobre el personaje y tener que ir clicando hacia adelante, izquierda o derecha, sería muy interesante tener pleno control y moverse con libertad por el mundo, como si avanzásemos con un muñeco en la vida real, pero eso sería un trabajo inmenso para los creadores y la cantidad de fotos que deberían tomar sería incontable.
Una de las cosas más curiosas del título es su OST. Algunas canciones son muy pegadizas y conseguirán hacernos tararear en numerosas ocasiones, con un estilo muy personal y en ocasiones incluso loco. La gran mayoría de canciones están cantadas con balbuceos y difícilmente sabremos la letra exacta si no tenemos una hoja con la lírica delante. Fue diseñada enteramente por Terry S. Taylor y actualmente es uno de los rasgos más distintivos del juego.
Entre las canciones más destacables (y que más me han gustado) están The Neverhood Theme, Klaymen Theme, Olley Oxen Free y Southern Front Porch Whistler. Todas con un diseño muy característico y extraño, que acentúa muchísimo el carácter extravagante del juego y que nos invitan agradablemente a cantarlas cada vez que las oímos al jugar.
Además, si compramos la banda sonora escucharemos cosas tan extrañas como Sound Effects Record #32, Sound Effects Record #33 o la curiosa versión de Revolution 9 de los Beatles, Resolution #8.
Si nos tiramos, podremos escuchar The Neverhood Theme por primera vez, ¡pero aseguraos de guardar partida antes! |
Dos años después de su publicación, The Neverhood Inc creó su secuela, Skullmonkeys, pero esta vez para PSX, un plataformas que seguía la historia de Klaymen, esta vez en un planeta habitado por monos con una ligera peculiaridad, un esqueleto externo que cubría por completo su cráneo, según tengo entendido de exagerada dificultad y animaciones igual de bonitas y divertidas.
Con un diseño simpático y original, y con una técnica muy poco convencional, nos divertirá y entretendrá, a la vez que nos hará pensar y calentarnos la cabeza con los numerosos puzzles que tiene, que difíciles o no, nos harán pasar un rato entretenido y con el que dejaremos el aburrimiento a un lado. Quizás a simple vista parece ideado para menores por su ambientación infantil, pero que a medida que juguemos, nos hará entender que realmente está orientado a todos los públicos y más de una vez nos sacará una sonrisa con las tonterías de Klaymen y las trabajadas animaciones.
Conocía el juego más o menos. La verdad es que nunca me ha atraído especialmente la técnica del claymation, incluso diría que me da cierto repelús xD.
ResponderEliminarLo que sí me gusta mucho es eso de que se requiera papel y boli para resolver los puzles. Eso es lo mejor =3
Los puzzles son muy majos, y tampoco podría considerarlos difíciles, pero sí, es necesario papel y lápiz, porque el montón de claves y cosas para memorizar es bastante grande. ^_^
EliminarLa verdad es que hace mucho que lo tengo pendiente (lo raro es que no lo haya jugado aún, amando Skull Monkeys desde los 8 años). Posiblemente en unos días me cambie de ordenador, tenga espacio libre en el Disco Duro y me anime a probarlo al fin ^^
ResponderEliminarVeo que la música es rarísima, bastante más que la de Skull Monkeys (o has elegido las más raras, quién sabe). A ver qué tal. También le tengo ganas a Boombots :D
P.D.: ¿Sabías que el creador de The Neverhood es el de Earthworm Jim?
Pues no, no lo sabía. Earthworm Jim es una pieza en mi infancia que tuve la posibilidad de experimentar, pero que desgraciadamente al final no pude saborear bien. ¡Un día me lo bajaré para tomar mi merecida venganza!
EliminarHe cogido los temas que más me han gustado y los que he creído más extraños. Creo que estos últimos no aparecen en el juego, porque no recuerdo haber escuchado ninguno. Como no sea en la estación de radio, cambiando emisoras, no me imagino dónde pueden escucharse.
A ver si tienes suerte y te cambias pronto y lo puedes disfrutar también. :D
El creador de la banda sonora, Terry Scott Taylor, ha sacado un nuevo disco+cómic (de 36 páginas) del estilo de la banda sonora de The Neverhood.
ResponderEliminarSe llama Return to the Neverhood y lo podéis encontrar para comprar aquí: http://www.danielamos.com/store/